martes, 28 de octubre de 2014

Bruselas, puerta de entrada al centro de Europa


A día de hoy, solo se puede llegar 
a Bruselas a través de vuelos chárter.
(Foto de Rafael Álvarez Cacho)

Pero pese a los espléndidos números de la ruta de Londres, esta no ha sido ni de lejos la ruta que más ha sorprendido en el aeropuerto de Valladolid, aunque lógicamente si haya sido una de las rutas más influyentes y con más futuro que hayan estado presentes en la infraestructura aeronáutica vallisoletana. Una ruta, que además, nunca ha estado presente en ningún otro aeropuerto de la comunidad denotando que solo Valladolid poseía demanda suficiente para sostener la ruta.

Sin embargo, como se menciona más arriba, la de Londres no ha sido aquella ruta que más haya sorprendido a propios y extraños por sus cifras obtenidas durante su operación, es decir, una ruta por la que nadie daba un duro en que pudiese funcionar y acabó superando en números de pasajeros a la propia ruta de Londres.

Así pues pasemos al tercer destino internacional destacado en el aeropuerto de Valladolid, la segunda ruta que estableció Ryanair en este aeropuerto, apenas dos meses después de establecer el vuelo a Londres, esa ruta que unía Valladolid con la capital de Europa, pese a hacerlo al aeropuerto “secundario”, que se sitúa a unos 55 kilómetros de este aeropuerto. Hablamos, como no podía ser de otro modo, de la ruta al aeropuerto de Bruselas-Charleroi.

Esta ruta, también ha sido operada sin que la irlandesa Ryanair tuviese que competir con ninguna otra aerolínea, realizando sus vuelos entre enero de 2004 y marzo de habiendo movido a casi 740.000 pasajeros. Es decir, una media de 220’83 pasajeros al día, y todo ello tomando en consideración que durante los últimos años la ruta fue sometida a una reducción drástica de frecuencias que llegó a suponer que la ruta solo se operase de 3 a 4 veces a la semana. Así pues, si tomamos exclusivamente los momentos en que la ruta fue diaria se observa una media de pasajeros anual que se situaba por encima de los 108.000, que se traduce en algo más de 300 pasajeros diarios o aproximadamente algo más de 150 pasajeros  por vuelo y día, lo que para Ryanair suponía una ocupación que superaba tranquilamente el 80%.

Ésta ruta no parecía tener ninguna clase de futuro cuando Ryanair la anunció, pero fueron los primeros meses de operación los que demostraron lo equivocados que estaban muchos ya que era una ruta que funcionaba mejor incluso que la propia ruta de Londres gracias a la ingente cantidad de castellano-leoneses que después de verse obligados a emigrar hace varias décadas ahora veían con optimismo la ruta como forma fácil y rápida para poder volver a su tierra, aunque únicamente fuese de un modo vacacional. No menos importante es la posibilidad que se abrió para muchos españoles de visitar el Benelux gracias a este vuelo. Sin embargo, y al igual que sucediera con la ruta de Londres, Ryanair alegó que las ocupaciones eran demasiado bajas, pasando entonces a efectuar los primeros recortes de vuelos en la ruta, que la dejaron en apenas 4 frecuencias semanales que no eran ampliadas ni siquiera en los meses de verano cuando la ocupación solía alcanzar su tasa máxima. No obstante, fue cuando Ryanair dejó de recibir toda clase de estímulo económico por sus rutas cuando se reafirmó en la falta de beneficio económico suficiente para justificar la supresión total de la ruta vallisoletana no solo a la capital de Europa si no a un núcleo de países con gran poder económico y gran encanto turístico y cultural.

Pero, igual que en ocasiones previas, hay que recurrir a los números para que sean ellos quienes justifiquen si realmente existían motivos para suprimir la ruta de un modo tan abrupto. Así, en su primer año de operación en los 12 meses (2004) se ve como la ruta posibilitó el desplazamiento de algo más de 100.000 pasajeros y una ocupación del 77’57%, una número de pasajeros que ya al año siguiente superó con creces los 108.000. Esta cifra se mantuvo más o menos estable y siempre por encima de los 105.000 hasta el momento del primer recorte de frecuencias, ya en el año 2007, que se saldó con que 102 de los días de ese año, no hubo vuelo con Bruselas y haciendo que el total de pasajeros se situase en los 82.149 pasajeros, manteniendo una ocupación superior al 82%.

En 2011 se produjo el último y más drástico recorte en la ruta después de haber mantenido las 4 frecuencias semanales antes citadas y siempre con ocupaciones superiores al 80% desde el 2007, ya que es cuando Ryanair decidió reducir el número de vuelos semanales a 3 frecuencias en invierno y 4 frecuencias en verano haciendo que desde ese momento la ruta se situase a duras penas por encima de los 50.000 pasajeros; siendo el máximo exponente el de este mismo año donde se operaron 424 operaciones (poco más del 50% de los días) y que se saldó con 57.438 pasajeros.
Con el número de pasajeros potenciales de su área  de influencia ya mencionado en el anterior artículo nada hace pensar que no pueda ser un destino capaz de transportar a más de 100.000 personas al año de un modo regular.

Si bien, tras haber pasado unos ocho años (2006) desde el periodo de máximo apogeo de la ruta y tomando en consideración el desgaste de la ruta en los últimos años que pese a la reducción de frecuencias si es cierto que también se vieron lastradas sus ocupaciones, tal vez haya que tomar en consideración una actualización de la cifra mínima de pasajeros que podrían ser transportados en esta ruta, lo cual podría haber situado este mínimo de pasajeros en una cifra en torno a los 80.000 pasajeros al año.
Esta cifra representa alrededor de 220 pasajeros al día, es decir, en caso de realizarse un vuelo diario representaría unos 110 pasajeros por vuelo, lo cual haría idóneo a día de hoy la operación de esta ruta con aviones entre los 1290 y los 150 asientos, haciendo que por tanto los aviones adecuados para esta ruta serían los aviones regionales a reacción de gran tamaño como son los Embraer E-195, Boeing 737-700 dentro de la familia Boeing 737 y los Airbus A319 de la familia A320. Dentro de esta clasificación apenas hay unos pocos operadores adecuados.

Tal vez se pueda haber incluso de que son solo 3 las aerolíneas en condiciones para ello: Air Europa, que con sus E-195 de unos 120 asientos podría asumir perfectamente la demanda, si bien esta aerolínea parece más centrada en la operación de rutas desde Madrid. Iberia con sus A-319 también podría asumir la operación, pero igual que la anterior solo centra sus vuelos regulares en Madrid. Y por último, tendríamos a Brussels Airlines, la aerolínea nacional de Bélgica, que con sus A319 podría realizar el vuelo. Si bien, esta última apenas posee flota y suele destinarla a operar vuelos a las capitales de los países europeos obviando el potencial de pasajeros que pueden tener el resto de ciudades de algunos países.

También podría plantearse la posibilidad de operar esta ruta con un esquema de 5 frecuencias semanales, que harían que saliese una media de pasajeros entorno a los 306 diarios, que se traducen en 153 pasajeros por vuelo, haciendo entonces que los aviones adecuados para operar el vuelo se situasen en aquellos con entre 165 y 200 asientos. De este modo se englobarían los aviones más grandes dentro de las familias A320 y B737 en el caso de Airbus y Boeing respectivamente. Esto abre parcialmente el campo a otras aerolíneas, si bien solo hay dos que actualmente operen en el aeropuerto y que no hayan sido mencionadas ya que podrían operar a Bruselas bien por tener una estructura de funcionamiento ya asentada allí o bien por ser una de las bases de la compañía: En primer lugar tenemos a Vueling, que llegó a tener una base de operaciones en Bruselas, si bien las cifras no ayudaron a mantener permanentemente la base, lo cual podría dificultar que la compañía española estuviese dispuesta a arriesgarse mucho y por tanto haciendo prácticamente imposible que instaure a corto plazo esta ruta desde Valladolid. La otra sería Ryanair, que pese a conocer los número que maneja esta ruta no parece estar dispuesta a ceder y reclama subvenciones mayores que la última vez por recuperar la ruta.

Así pues, pese a haberse demostrado como un destino con gran calado en las sociedades belga y española y con una alta demanda por parte de los pasajeros españoles (tanto afincados en el Benelux como de los que residen en España), la ausencia de aerolíneas capaces de instaurar la ruta, unido a la situación de indecisión sobre los pasos a seguir sin arriesgar por parte de las aerolíneas hace que sea aun más difícil recuperar esta ruta con el obstáculo adicional de que probablemente no llegue a soportar una operativa diaria, lo cual echaría para atrás a todas aquellas aerolíneas que no estén presentes hoy en día y que no verían rentable establecer una estructura en el aeropuerto para unas pocas operaciones semanales.

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