Pese a que el contrato de promoción sigue vigente, Air Nostrum ha
ido retirando los aviones con el emblema de Castilla y León,
y por tanto reduciendo el impacto promocional.
(Foto de Rafael Álvarez Cacho)
La historia reciente de Valladolid, al menos en lo que a
destinos domésticos se refiere ha estado muy vinculada a la marca Iberia, sin
embargo, hace tiempo que esta aerolínea se marchó y no han sido ni sus aviones,
ni sus tripulantes, los que han mantenido viva la llama de contar con una
aerolínea que permitiese acceder a todos sus servicios y ventajas.
En su lugar, desde hace más de una década, es una compañía
valenciana, que actúa como filial regional de transporte para la matriz la que
ha permitido a los vallisoletanos y españoles en general, los desplazamientos
domésticos por vía aérea.
Nos referimos a la aerolínea regional Air Nostrum que ha
permitido a muchos españoles viajar a Valladolid y descubrir el encanto del
turismo de interior. Sin embargo, esta misma compañía ha mostrado en los
últimos años un comportamiento muy errático e impropio de la principal compañía
en el aeropuerto por número de operaciones.
Cabe recordar que hace aproximadamente una década, cuando
las subvenciones aun no habían experimentado su auge, y cuando lo que
prevalecía era la ley de oferta y demanda, la aerolínea valenciana llegaba a
ofrecer cuatro vuelos diarios por sentido con Barcelona, lo que garantizaba un
mínimo de 200 plazas por sentido y día; semanalmente pasaba a representar unas
2300 plazas, y anualmente sumaba unos 120.000 asientos. Hoy esa oferta de
asientos se ha reducido a poco más de 25000 plazas operadas por los mismos
aviones a reacción de 50 plazas que operaban ya hace una década (el último
avión nuevo de la familia CRJ200 que opera los vuelos se recibió a comienzos de
2006).
Para poder entender esta reducción tan drástica hay que
recurrir a conocer el estado actual de la aerolínea en primer lugar, y para
ello nada mejor que hacer un breve repaso a su historia.
Este año la compañía ha celebrado su vigésimo aniversario
después de que en 1994 empezase su andadura con un par de aviones Fokker 50,
que fue incrementando con el paso de los meses hasta contar con más de una
decena de aparatos y más de un centenar de empleados, firmando en 1997 un
acuerdo de franquicia con Iberia.
La historia de Air Nostrum en Valladolid se remonta a sus
primeros años de vida ya con vuelos a Barcelona de un modo regular y con los
únicos aviones que disponía hasta el momento: los Fokker 50. En 2001, se
incorportó otro modelo hoy también desaparecido en la compañía: el Dash 8 de
Bombardier, otro avión turbohélice de unas 50 plazas, permitiendo un
crecimiento sostenido de pasajeros en Valladolid.
Al año siguiente se incorporan a la operativa los CRJ200 que
son los mismos aviones que operan hoy en día en el aeropuerto, ofreciendo 50
plazas por vuelo, pasando a operar prácticamente en exclusiva con este modelo,
después de asumir desde finales de 2004 los vuelos de París/Orly, a los que
queda añadir los otros tres modelos que ha operado la aerolínea realizando exclusivamente
los vuelos estivales además de algún vuelo adicional con Barcelona.
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