Los dos Ryanair que pernoctaron La nevada que colapsó Madrid el viernes pasado, y, responsable del cierre de Barajas durante horas, es conocido por todo el mundo.
El cierre de esta infraestructura, propició que durante más de seis horas, ninguna clase de aeronave pudiese efectuar ni despegues ni aterrizajes; situación que mejoró levemente con la apertura de dos de las cuatro pistas en Barajas, pero, con sus consiguientes restricciones.
Uno de los beneficiados por los desvíos del aeropuerto madrileño, ha sido el aeropuerto de Valladolid, que al ser el aeropuerto de Ryanair más cercano, vio como varios aviones de esta compañía aterrizaron en la pista castellana.
El primero en ser desviado, fue el Ryanair 5158, procedente de Dublín. El vuelo tenía prevista su llegada a las 11.10, en el aeropuerto de Madrid, pero una serie de restricciones en los permisos de despegue en el aeropuerto irlandés, propició que su llegada se efectuase a las 11.35, minutos después del cierre de Barajas.
En segundo lugar, llegó el Ryanair 5992, procedente del aeropuerto milanés de Bergamo-Orio al Serio; que por problemas climatológicos, pasó de tener previsto el aterrizaje en Madrid a las 11.20; a, efectuar su aterrizaje poco antes de las 11.40 en Valladolid.
A continuación llegó el vuelo de Charleroi, uno de los pocos que venían cumpliendo con el horario. Así, el vuelo 5463, con llegada a las 11.45 a Madrid efectuó su aterrizaje aproximadamente a esa hora, pe o en Valladolid.
En último lugar llego el Ryanair 5407; aunque llegó con el código 5LM y con una antelación importante, al aterrizar este avión procedente de Eindhoven poco antes de las 12 del mediodía; aunque tenía prevista su llegada a las 12.15 en Barajas.
Sin embargo, debido al escaso espacio de plataforma en Valladolid, un quinto avión que Ryanair hubiese tenido a bien mandar también a Valladolid, tuvo que volar mucho más lejos, hasta Jerez. El vuelo, procedente de Londres-Stansted, y con llegada estimada a las 12 horas, finalmente sufrió un retraso de llegada, que no se efectuó sobre las 12.30 en el aeropuerto andaluz.
Según los medios, estos cuatro vuelos que si aterrizaron en Valladolid, aportaron 440 pasajeros, lo que supone 110 pasajeros por vuelo, o, un 58'2% de ocupación. Cifras mucho más bajas que las que acostumbraba a tener Valladolid, y, que según Ryanair son motivo en Valladolid de drásticas reducciones de frecuencias; aunque parece que en Madrid no se siga el mismo rasero.
Sin embargo, el problema que ha salido a la luz es la escasísima capacidad que ofrece Valladolid en cuanto a plataforma; y, que la ampliación propuesta de otro puesto más, se tornará insuficiente en un plazo sumamente corto; tal vez incluso antes de comenzar la licitación de la mencionada obra.
De los cuatro aviones de Ryanair, dos consiguieron pasar por deshielo y despegar hacia Madrid el mismo viernes, mientras que los otros dos, permanecieron toda la noche y, hasta el mediodía del sábado, no obtuvieron permisos para dirigirse al aeropuerto de Barajas.
El cierre de esta infraestructura, propició que durante más de seis horas, ninguna clase de aeronave pudiese efectuar ni despegues ni aterrizajes; situación que mejoró levemente con la apertura de dos de las cuatro pistas en Barajas, pero, con sus consiguientes restricciones.
Uno de los beneficiados por los desvíos del aeropuerto madrileño, ha sido el aeropuerto de Valladolid, que al ser el aeropuerto de Ryanair más cercano, vio como varios aviones de esta compañía aterrizaron en la pista castellana.
El primero en ser desviado, fue el Ryanair 5158, procedente de Dublín. El vuelo tenía prevista su llegada a las 11.10, en el aeropuerto de Madrid, pero una serie de restricciones en los permisos de despegue en el aeropuerto irlandés, propició que su llegada se efectuase a las 11.35, minutos después del cierre de Barajas.
En segundo lugar, llegó el Ryanair 5992, procedente del aeropuerto milanés de Bergamo-Orio al Serio; que por problemas climatológicos, pasó de tener previsto el aterrizaje en Madrid a las 11.20; a, efectuar su aterrizaje poco antes de las 11.40 en Valladolid.
A continuación llegó el vuelo de Charleroi, uno de los pocos que venían cumpliendo con el horario. Así, el vuelo 5463, con llegada a las 11.45 a Madrid efectuó su aterrizaje aproximadamente a esa hora, pe o en Valladolid.
En último lugar llego el Ryanair 5407; aunque llegó con el código 5LM y con una antelación importante, al aterrizar este avión procedente de Eindhoven poco antes de las 12 del mediodía; aunque tenía prevista su llegada a las 12.15 en Barajas.
Sin embargo, debido al escaso espacio de plataforma en Valladolid, un quinto avión que Ryanair hubiese tenido a bien mandar también a Valladolid, tuvo que volar mucho más lejos, hasta Jerez. El vuelo, procedente de Londres-Stansted, y con llegada estimada a las 12 horas, finalmente sufrió un retraso de llegada, que no se efectuó sobre las 12.30 en el aeropuerto andaluz.
Según los medios, estos cuatro vuelos que si aterrizaron en Valladolid, aportaron 440 pasajeros, lo que supone 110 pasajeros por vuelo, o, un 58'2% de ocupación. Cifras mucho más bajas que las que acostumbraba a tener Valladolid, y, que según Ryanair son motivo en Valladolid de drásticas reducciones de frecuencias; aunque parece que en Madrid no se siga el mismo rasero.
Sin embargo, el problema que ha salido a la luz es la escasísima capacidad que ofrece Valladolid en cuanto a plataforma; y, que la ampliación propuesta de otro puesto más, se tornará insuficiente en un plazo sumamente corto; tal vez incluso antes de comenzar la licitación de la mencionada obra.
De los cuatro aviones de Ryanair, dos consiguieron pasar por deshielo y despegar hacia Madrid el mismo viernes, mientras que los otros dos, permanecieron toda la noche y, hasta el mediodía del sábado, no obtuvieron permisos para dirigirse al aeropuerto de Barajas.
