Air Nostrum mantendrá operaciones hasta septiembre al menos.
(Foto de Rafael Álvarez Cacho)
Aprovechando la coyuntura del anuncio realizado en el día de
ayer, de la recapacitación por parte de Air Nostrum, que les ha llevado a
decidir mantener los vuelos con Barcelona, al menos hasta el mes de septiembre,
y aunque todo apunta a que se trata de un movimiento más de presión, pasamos a
analizar el comportamiento en 2014, para refutar la teoría de que se van por
tener una baja demanda.
Antes de nada, no obstante, hay que resaltar que Air Nostrum
solo volará desde mayo con Barcelona, a León, Salamanca y Valladolid;
descabalgando de sus destinos habituales a Burgos, donde no sólo tenía una
pésima ocupación que no alcanzaba al 50%; si no que resulta ser también la
ciudad donde ya ha habido un concurso de subvenciones que la valenciana ha
perdido. Así pues cabe pensar que este movimiento está encaminado a conquistar
a las administraciones locales en busca de subvenciones, más que por falta de
demanda, pues después de asegurar que no les resultaba rentable operar más allá
de mayo, ahora resulta que si lo es por la demanda de billetes en últimas
fechas (recordar que las reservas se podían efectuar hasta el 4 de mayo, siendo
este mes el último de los considerados como de baja demanda de vuelos).
Pero sin más dilación, vamos a examinar los datos de 2014, comparados
con los de 2013, para ver el comportamiento real de los pasajeros, y si
realmente ha habido un descenso de demanda tan elevado que no justifique los
vuelos con Barcelona desde Valladolid.
En primer lugar, como muestra la gráfica, los números de pasajeros
se han mantenido más o menos constantes durante todo el 2014 comparado con
2013, habiéndose registrado una ganancia de 311 pasajeros, una cifra
maravillosa que reafirma la recuperación económica local y que ha permitido que
en un año hayan contado con más pasajeros en sus aviones; y todo ello, pese a
que se operaron 21 vuelos más, que no obstante no han tenido un gran contraste
en las ocupaciones que han pasado de 42,29 pasajeros por vuelo en 2013, por los
41,28 pasajeros de 2014. Apenas un pasajero menos, que se puede explicar
fácilmente por el descenso de vuelos estivales, acompañado de un aumento de
vuelos a la ciudad condal cifrado en 32 operaciones adicionales a lo largo de
2014, que representaron el 89,86% de todos los vuelos de Air Nostrum, mientras
en 2013, fue el 87,48% de todas las operaciones las que tuvieron origen o
destino en Barcelona. Esto se traduce en que pese a que el aumento de
operaciones parece considerable, la cifra final refleja una oferta de plazas en
2013 de 30310 asientos, por 30920 plazas de 2014, por los cual los 311
pasajeros implican que se han llenado el 50,98% de las nuevas plazas ofertadas.
Así pues, pese a que se observa un descenso de ocupaciones
mínimo, acompañado de un leve aumento de pasajeros, esto no ha impedido que se
mantenga la senda de mantener ocupaciones en la ruta de Barcelona por encima
del 72% de ocupación media al año, cifras muy elevadas con respecto a una
década antes (2005), donde se operaron 2.729 vuelos con Barcelona, sin
subvención de ningún tipo, y que permitieron el traslado de 77.436 pasajeros ,
o traducido a ocupación, 28,38 pasajeros por vuelo o un 56,75%.
De tal modo que ahora que nos encontramos en una situación
idéntica a la de 2005 (incluso el precio del petróleo va a la par), resultaría inverosímil,
que de mantener la misma tendencia en 2015, que en 2013 o 2014, los vuelos
fuesen cancelados si se ajustan a sus palabras de mantener los vuelos si
presentan una demanda adecuada.
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